Los tradicionales romeritos, que se preparan durante la temporada de cuaresma, son una herencia cultural del México prehispánico y una actividad económica que destaca el rol esencial de las mujeres en el campo.
Este año para las festividades de Semana Santa, 145 familias de la alcaldía Tláhuac tienen listas 1,200 toneladas de romeritos, con un valor de producción de 5.6 millones de pesos. De estas familias, 43 son lideradas por mujeres, quienes juegan un papel crucial en la preservación de la cultura chinampera y en la promoción de la igualdad de género en el campo.
La participación activa de mujeres en el ámbito rural ha ido en crecimiento en los últimos años, desde el cultivo hasta la comercialización y los emprendimientos gastronómicos, su inclusión representa un pilar de empoderamiento y un motor para el desarrollo económico de los pueblos originarios de la cuenca de México.
Doña Lilia Martínez, campesina y productora de Tláhuac
En el corazón de la alcaldía Tláhuac, Doña Lilia Martínez, con cincuenta y ocho años, cultiva con orgullo alrededor de media tonelada de romeritos, un quelite que ya tiene destino seguro en la Central de Abasto de la Ciudad de México. Su cosecha es el sustento de su familia: “De lo que produzco, dependemos más de tres personas”, menciona, mientras detalla que cuenta con el apoyo incondicional de su esposo, su hijo y un sobrino.
Para doña Lilia la propiedad de su tierra solo pudo llegar tras el fallecimiento de su padre hace 20 años, fue entonces que se aventuró en el cultivo de romeritos. “Los romeritos son generosos, crecen bien y son nobles”, dice con una sonrisa. “No solo es venta, también los consumimos nosotros, los cocinamos. A las mujeres que quieran trabajar el campo les digo: ‘Échenle ganas, la tierra es noble, siempre da. Y nosotras, como mujeres, sabemos trabajarla muy bien'”.
En el contexto del Día Internacional de la Mujer, es crucial visibilizar la situación de la mujer rural en México. De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres, aproximadamente un millón de mujeres rurales se dedican a la agricultura, la ganadería, la pesca y la forestal, produciendo más del 50% de los alimentos que consumimos. En la Ciudad de México, constituyen el 42% de la población que trabaja en el suelo de conservación. Anualmente, cerca de 4,500 mujeres se identifican a sí mismas como productoras o campesinas para solicitar apoyo de recursos públicos.
A excepción de la ciudad de México, en nuestro país el acceso a la tenencia de la tierra sigue siendo un gran obstáculo que limita el acceso de mujeres a apoyos públicos y su participación en la toma de decisiones. Por ello, al saborear los romeritos, no solo disfrutas de un platillo, sino que también promueves el empoderamiento de la mujer rural en nuestra ciudad.
Doña Lilia representa la fuerza y la pasión de las mujeres rurales, quienes con sus manos y su determinación, mantienen vivas las tradiciones y fortalecen la economía local. Su historia es un testimonio del empoderamiento femenino y del vínculo profundo entre la cultura y la agricultura en los pueblos originarios de la cuenca de México.